Siempre fui una pequeña friki rebelde, de pequeña una vez mi madre me llevó a la convención del centenario de las Harley Davidson en Montjuïc, y durante unas horas fui la persona más alucinada y feliz del mundo, me subí con los motards en las customs más preciosas que he visto nunca. Mirava a esos hombres enormes, con barriga cervecera, pañuelos con calaveras en la cabeza, chalecos de cuero, brazos tatuados y me decía, esto mola, demasié.
Cuando cumplí la mayoría de edad me autoregalé un homenaje a mi época más oscura y tétrica, mi primer tattoo fue la cabeza de Jack Skellington (sí, el rey del mal) en la nuca, y fue una de las experiencias más curiosas de mi vida, comprendí el proceso del dolor del tatuaje y me gustó, mucho.
Esa sensación de gustirrinín cuando te van pintando es sumamente adictiva!
El artífice de este pequeñito y sencillo tattoo fue Ernes de QTDN tattoo, podéis ver sus trabajos aquí. Fue una sesión muy corta y la verdad apenas dolorosa y aunque hoy no volvería a hacerme un tattoo así, le tengo mucho cariño a mi Jack y a lo que significa para mí, los fans de Nightmare Before Christmas podéis entender.
31/10/2009
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